El poder de las autoridades


El poder de las autoridades
En la guerra, el papel de la Guardia Civil se limitaría a combatir en Columnas y en las grandes unidades que fueron apareciendo, pero también tuvieron una labor meramente policial: salvo excepciones en las que el cuerpo tuvo acciones de campaña rememoradas como heroicas por ambos bandos. Al estallar la Guerra Civil en 1936, algunos de los altos cargos dentro del cuerpo se mantuvieron fieles al gobierno de la Republica, e impartieron instrucciones de mantenerse leales al poder legalmente constituido. La Guardia Civil quedó dividida en dos, del mismo modo que el conjunto de España, cosa que supuso que a partir de 1937 el Cuerpo Civil deja de existir en la zona republicana, a causa del  Decreto del 30 de agosto de 1936 que dispuso un cambio de denominación por el de "Guardia Nacional Republicana". Volviendo a los inicios de la Guerra Civil, la Guardia Civil formaba gran parte de los efectivos del Ejercito: profesionales conocedores del terreno, y desplegados por todo el territorio nacional. Por ello, el Cuerpo fue decisivo en el desarrollo de los acontecimientos iniciales, pudiendo afirmar  que prácticamente la sublevación triunfó donde se sumó la Guardia Civil y fracasó donde ésta permaneció fiel a la República.  
Por ejemplo, los guardias civiles sublevados en la región de Albacete fueron asesinados y arrojados al mar por decenas en aguas de Cartagena, mientras que algunos de los coroneles en Barcelona se mantuvieron fieles al gobierno de la República: por lo que, finalizada la contienda, serían condenados y posteriormente fusilados. Por lo que podemos apreciar las grandes pérdidas humanas que se produjeron dentro de la Guardia Civil.  Acercándonos al recuento final de bajas del Cuerpo en ambos bandos arroja a cifras escalofriantes: gran parte de la cifra de muertos (83%) corresponde a guardias civiles que fueron leales a la República. Y finalmente un total de 2.714 muertos y 4.117 heridos, repetimos, por ambos bandos, supuso el 20 % de los efectivos iniciales.
Por otra parte, hace falta constar el daño que el bando sublevado de la guardia civil causó a la población. Cuando el nuevo movimiento acaparó gran parte del país, el Cuerpo disfrutó de un exceso de autoridad sobre la ciudadanía. Esto les permitía actuar libremente delante de un supuesto delito o incumplimiento de la ley: así pues, la población republicana sufrió grandes daños, maltratos, e incluso violaciones.
 Al haber esa descoordinación y libertad de actuar al parecer de uno mismo, los oficiales de la Guardia Civil, recordamos, del bando sublevado, se convirtieron en enemigos públicos, que esparcían el miedo entre la gente. Esta temía sufrir algún percal al contradecirse a las órdenes de un oficial del Cuerpo, aunque esta fuera injusta, desmesurada o incomprensible.




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